Aceite esencial de lavanda enemigo para tu negocio de estética
Esta pequeña historia va de un pequeño fracaso.
Así es como más aprendo. Fracasando.
Me gusta más acertar y tener éxito que fracasar, tampoco soy tan tonto, o sí, no lo sé, pero tener consciencia de que el fracaso forma parte de la vida de un emprendedor, es lo primero que tenemos que tener claro.
A lo que voy.
En mis inicios, durante un tratamiento del masaje Baishui y el tratamiento de las emociones (que tienes en la Escuela), con una clienta, utilice aceite esencial de lavanda.
Tras la sesión, le pregunte qué tal estaba, como se encontraba.
Me dijo, el masaje muy bien.
Pero Luis, la lavanda no la soporto.
Wow, fue un choque en mis inicios.
Yo, con el protocolo del masaje creado, que estaba más contento que un funcionario poniendo excusas en una pandemia, post pandemia y dos años después de la pandemia, pues se me vino abajo.
La moral.
Porque la teoría está muy bien. La práctica es otra cosa.
Así que empecé a estudiar y a preguntar a mi maestro. El cual me invito a seguir estudiando.
El resultado de estudios y prácticas, de éxitos y errores, me llevo a entender, que cada cliente vive una situación, y que tiene una emoción que predomina.
Sea el tratamiento de estética que sea, lo mejor que podemos hacer, es aliviar esa emoción.
Porque si a algo somos fieles, es a las personas que nos hacen sentir bien.
Y que la lavanda está muy bien para algunos clientes, para unas emociones, pero no para otras.
Personalizar cada tratamiento, adaptarnos a cada emoción es garantía de éxito.
Te dejo mi página de la Escuela, con el masaje Baishui, y también con el curso Wu Xing, para adaptar cada tratamiento a cada persona.
En total son 21 cursos y 8 masterclass, para que realices, los cursos que quieras y a tu ritmo.
Que tengas un gran día
Luis
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