Formaciones para la estética que no sirven de nada
Primero te voy a contar mi primer gatillazo y después te hablo de ciertas formaciones.
Los hombres siempre decimos que es la primera vez, que nunca me había ocurrido.
"Es la primera vez que me ocurre, no sé que me ha pasado"
Es mentira, nos ocurre, lo que pasa, que que siempre creemos que tiene que estar arriba y eso no es posible.
Se nos sube y después se nos baja de golpe. Eso pasa.
Que a veces estamos motivados y de repente nos venimos abajo.
Bien, pues te cuento como fue mi primera vez que me vine arriba y después me vine abajo.
Supongo que sabes que estoy hablando de un gatillazo sobre la motivación.
Si esperabas otra cosa, el Señor te va a castigar.
Pues te cuento.
Fue en una formación que me costo un dinero.
Bastante. Era una época de mi vida que era gilipollas, ahora igual lo soy, lo que pasa es que antes no era consciente.
A lo que voy, fue un fin de semana.
En los dos días de formación, nos levantamos a aplaudir y decir lo bueno que éramos como 15 veces.
Nos vendieron lo excelentes que éramos.
Nos hablaron de pasión.
De las ganas.
De nuestro poder interior.
De la confianza.
De vez en cuando, sonaba la música y todos aplaudían. También abrazos.
Era más una fiesta que una formación.
Y, yo en las fiestas soy bueno, lo doy todo (invítame a una y te lo demuestro)
Y ,dando abrazos también, la gente que me conoce sabe que me gusta dar abrazos.
Bien, pues esa euforia inicial, toda esa motivación que te venden, al día siguiente no existe, ni rastro.
Es efímera.
Es humo.
Porque te venden, que es tu pasión y motivación, la que salvará tu negocio, y la culpa en caso de no tenerla, siempre será tuya.
Porque seamos realistas, la motivación a no ser que haya algo detrás muy fuerte que te empuje, algo vital, es finita.
Se acaba, como el buen sexo.
No dura.
Es difícil mantenerla siempre arriba, tarde o temprano se viene abajo, carajo.
Y, llevar un negocio a base de pasión y motivación es más que difícil.
Por no decir, imposible.
Por eso, hay que tener cuidado con formaciones que te venden un momento de euforia más que un sistema de trabajo.
Una manera, para que en la semana que no puedes con tu alma, el negocio no se te venga abajo.
La motivación está bien, es necesaria, pero crear un sistema de trabajo que te permita un negocio sólido lo es mucho más.
El dicho ese que dice que una cadena es tan fuerte como el más débil de sus eslabones, lo puedes llevar a tu negocio.
Y, como lo montes, con más pasión que cabeza, con más motivación que con pies en el suelo, con más sueños que con realismo, se te puede partir.
Bien, tengo una mentoría, supongo que lo sabes si me sigues.
Que tiene en cuenta que tienes poco tiempo.
Tiene en cuenta que hay días que a veces necesitas cuatro cafés.
Que a esa clienta no la aguantas.
Que hay días que te cuesta.
Pero que hay algo dentro que tira para seguir.
Pues de eso se trata, de montar un sistema que te haga más fácil tu día a día, que factures más sin trabajar el triple, ni invertir el doble.
Porque la motivación y te lo digo yo, que soy hombre, un día está arriba y otro, está abajo.
Un abrazo
Luis