Lo vas a entender viendo cómo se ligaba antes y ahora
Poco se nos valora a los hombres de mi edad por lo que hemos tenido que pasar.
Muy poco, poquísimo.
Mira, cuando era jovencito y tenía pelo y estaba en el mercado del amor y la lujuria, si me gustaba una chica y quería quedar con ella, había una prueba de fuego.
Llamar a su casa.
Llamabas a su casa, al teléfono fijo.
Hasta ahí todo bien.
Pero es que normalmente, no sé porque razón, supongo que será instinto protector de padre, siempre lo cogía el padre de la chica.
Ni madre, ni hermanas, ni hermanos, ni abuelos, nadie más.
Parecía que las chicas que me gustaban eran huérfanas de madre e hijas únicas, y la custodia la tenía el padre.
Daba igual la hora y el día, siempre había un padre para coger el teléfono si quería hablar con su hija.
Y, siempre, el mismo tono de voz. Todos parecían sargentos de la guardia civil retirados.
Así, que cuando llamabas y lo cogía el padre y preguntabas por la ella, se escuchaba al otro lado del teléfono una voz muy grave que decía:
¿de parte de quién?
Y mi voz, que le costaba salir de lo más profundo decía:
de Luis
Por eso digo, que poco se nos valora.
Ahora basta un like, un mensaje en Instagram, un wasap y pueden hablar o quedar sin pasar el filtro del padre protector.
La tecnología es así, ha facilitado muchas cosas, bastantes.
Y te puede acercar más a las personas. Aunque una llamada de teléfono curte mucho más.
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La tecnología es así, que facilita ciertas cosas.
Para quienes recibieron una llamada de un chico en el teléfono fijo de su casa y para quienes conocen gente en Badoo, las puertas de la Escuela están abiertas.
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El enlace aquí:
Un abrazo,
Luis
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