Quieres tomar una decisión sobre tu negocio de estética y no te atreves
Soy un poco cotilla, pero aprendo cuando observo.
Hay algo que no puedo ni negar, ni cambiar, soy muy observador.
Así que ya que observo, procuro aprender.
Recuerdo un día que desayunaba en una cafetería, y había dos chicas en la mesa de al lado.
Hablando alto, y los que estábamos al lado, pues escuchábamos, es mucho más divertido que ver la TV y las noticias.
A una le gustaba un chico, un tal Alex, pero no se atrevía a ir más allá.
La otra le decía que no fuera tonta, que se lanzara, que el NO, ya lo tenía.
Como si el problema fuera el NO.
El problema siempre es el orgullo herido.
Además se lo decía muy convencida, como si ella que apenas tenía 19 años, ya estuviera curtida en mil batallas en el amor y en el desamor.
Como si las consecuencias del orgullo herido lo soportara ella y no la amiga que es la que tenía que dar el paso de declararse.
Porque aconsejar a veces resulta muy fácil, siempre que uno no asume las consecuencias y siempre que uno no tiene ni la empatía ni el conocimiento.
Supongo que cuando tienes que tomar decisiones sobre tu negocio si ya está en funcionamiento, o si trabajas en casa y quieres dar el salto, si eres empleada y quieres montar el tuyo, te asaltan muchas dudas.
Y, seguro que si has preguntado a tu entorno, pues te darán consejos con toda la buena fe del mundo, pero sin un conocimiento profundo de tu negocio y tus circunstancias.
Aunque soy observador, no te ayudaré a que la persona que te guste caiga rendida a tus pies, no me dedico a eso.
Pero si me dedico a las mentorías.
Ahora imagina que tu negocio fuera Alex.
Me informaría sobre él.
Sus amigos.
Sus pretendientas.
Sus tatuajes, por si se grabó el nombre de su ex.
Si tiene moto y cómo juega al futbol.
Si tiene el bolsillo roto o si es de los que ahorran.
Si es de los listos, o de los muy tontos, porque se puede ser algo tonto, pero no demasiado tonto.
Como se comporta con su familia y con sus amigos.
Si tiene palabra o si es un bocachancla.
Pero sobre todo me centraría en tí.
En tus cualidades, tu potencial.
Lo que se te da bien y se te da fatal.
Tu seguridad, tu confianza. Tu mentalidad.
Lo que quieres, lo que esperas y lo más importante, lo que te hace feliz.
En como te expresas y te vendes.
Qué te sobra y qué debes resaltar.
En que momento te encuentras, y donde te gustaría encontrarte.
Y, ¿sabes una cosa?
Alex, es solo una excusa, me importaría poco, me interesaría por ti, porque cuando sabes lo que quieres y como conseguirlo, ya lo tienes.
Ya es tuyo.
Ya no se escapa.
Y no me refiero a una pareja, me refiero a como hacer las cosas en tu negocio.
Tengo una mentoría y en concreto te hablo del Plan VIP.
Si has entendido este email, en el enlace más información:
ESCUELA
Un abrazo,
Luis